INCONVENIENTES DE SER EDUCADO

No siempre resulta positivo para uno el comportarse como una persona correcta y educada, respondiendo como marcan las normas de la buena urbanidad. Si no se lo creen sigan leyendo lo que le ocurrió a uno de los miembros de la expedición.
Subidos en el omnibus que nos llevaría desde Posadas hasta Corrientes, a uno de nosotros, al más "mono", se le sentó al lado un lugareño miembro de la Prefectura Naval Argentina. La policía naval, para entendernos. Pues bien este marino era, como buen argentino, de lengua larga y mate pronto. Amedio, que cada vez parece más argentino, tardó menos que un estornudo en entablar conversación a la que se incorporó una lugareña conocida del marino.
No habían intercambiado las consabidas frases de presentación: ¿De dónde sós? ¿Vite Buenos Aires?, cuando el marino cebó una matera con yerba mate y se la ofreció a Amedio que complacido la apuró. En el mismo instante de devolver la matera, para que fuera recargada de agua, dijo como persona educada que es "gracias".
Transcurrió más de una hora de conversación entre los tres hasta que arribamos al destino del marino, que se despidió muy amablemente, pero la matera no le fue ofrecida más a Amedio (el pobre) que no entendía por qué no le daban más. La matera pasaba del marino a su amiga pero sin recalar en Amedio.
Ayer supimos por Luis, no el Fuertote sino otro Luis, el chofer de la camioneta que hemos alquilado para recorrer los Andes, que cuando los argentinos se reunen para matear, la matera se va pasando por la derecha y solo se dice gracias para indicar que no se quiere más mate.
Gracioso ¿verdad?