Tres imágenes al azar de un día en que la expedición pasó por la provincia de Misiones. El gachupín ataviado a lo inca moderno, es lo que acompaña al turista si entra a comer en un comedor de Humahuaca. Este recitaba una poesía comprometida en lo social y un punto lacrimógena: "yo nunca fui niño". En fin de lo que hablábamos, en otro lugar del blog, sobre las desventajas de lo del Patrimonio de la Humanidad.
Gentes que se desplazan por la Quebrada de Humahuaca para ir al laburo, o a comer a casa, o a recofer algo de leña, o a por agua o.... En fin, como nosotros.
Gentes que se desplazan por la Quebrada de Humahuaca para ir al laburo, o a comer a casa, o a recofer algo de leña, o a por agua o.... En fin, como nosotros.
Los de las bicis jugaban en San Antonio de los Cobres, un pueblo perdido en las alturas y pobre donde los haya, azotado por los vientos y abandonado por Tren de la nubes, porque desde que Menem (la concha de su madre) privatizó el ferrocarril, los nuevos dueños no lo consideraron rentable y lo cerraron.
Los niñitos están saliendo de la escuela de Iruya, por eso van tan contentos.
La chiquilla y los niños salieron a nuestro encuentro cuando salíamos de la Quebrada del diablo, un paraje en las afueras de Tilcara (Quebrada de Humahuaca) que fue explorado por la expedición y en la que algun miembro de la misma lo pasó mal por lo angosto del camino y por las paredes verticales. Pues bien, decía que estos chiquillos nos pidieron que les lleváramos a su casa en la furgoneta. Como pueden suponer accedimos a la petición y, en el camino, descubrimos que venían del colegio. Este se encuentra a hora y media de camino de sus casas, pero no es un camino asfaltado y llano, con escaparates luminosos y puestos de chuches, sino un sube y baja continuo, salvando un desnivel de más de 300 metros partiendo de los dos mil y pico a que está Tilcara. ¡Y el cole empieza a las 9!! Ignoramos la razón por la que no iban a la escuela del pueblo, pero sospechamos que es porque había que pagar. "Acá no más" y paramos la furgona para que bajaran.
El conductor de la recua de burros estaba en uno de los valles calchaquíes y el carrillo de mano circula por la calle principal de San Antonio de los Cobres.
El del poncho y los de la camioneta van a una fiesta a un pueblo cercano. Residen en Los Molinos, una aldeíta al comienzo de la Cuesta del Obispo. Esta cuesta se llama así porque cuando el obispo de Salta fue a hacer una visita pastoral a Cachi, tuvieron que subirle en angarillas (así de gordo y rubicundo andaba el prelado).
La vendedora de hierbas y de mistela de uvas, estaba en mitad del campo, justo cuando se divisa, tras un recodo del camino, la silueta impresionante del Nevado de Cachi con sus más de 6.200 metros de altura.
Las placas están en múltiples aceras de las ciudades argentinas. Los hideputas de los milicos y los fascistas son sus responsables. Como dicen las Madres de Mayo: "NI OLVIDAMOS NI PERDONAMOS". A ver si tomamos nota en España y los peperos y quemainciensos dejan de joder con lo de la reconciliación y apertura de viejas heridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario